Mi intención era ir desde Perarrúa a Troncedo por camino, pasando por el monasterio de San Martín recientemente restaurado con muy buen gusto, y así fue. Esta ruta es de un interés paisajístico enorme, en el que continuamente se disfrutan de preciosas panorámicas tanto del valle del Ésera como del Pirineo; y cultural, ya que gracias a las numerosas construcciones medievales que se pueden visitar, inconscientemente uno se retrocede siglos atrás mientras está montado en tu "yegua". Pero todo lo bueno merece un esfuerzo, y esta no es la excepción. Su dificultad es media-alta debido a su distancia, de unos 28Km, y sobre todo por su comienzo en el que se ascienden unos 500 metros de altura en poco más de cuatro kilómetros, lo que implica una fuerte desnivel.
La ruta empieza en el puente medieval de Perarrúa. Una vez allí hay que atravesar el pueblo y coger el camino que lleva a Besians que es muy suave y con escaso desnivel. Ya en Besians, hay que tomar el camino que lleva a La Bila, un pequeño pueblo en ruinas donde hoy hay un pequeño restaurante y una bonita iglesia con su pequeña cripta toda ella más o menos arreglada.
A partir de este punto es cuando la cosa se complica; nos esperan unos duros kilómetros de empinadas cuestas asfaltadas entre bosques de pinos. Tras haber pasado este duro tramo, la pista comienza a llanear. El cruce a tomar para dirigirse a Caballera es fácil de reconocer debido a que es exageradamente visible; tomaremos el camino que va hacia la derecha. Hasta Caballera no hay pérdida alguna, pero hay que decir que en el Barranco A Reguera (según los mapas) hay una pequeña valla que impide el paso pero que se puede seguir sin necesidad de moverla debido a que es flexible (¡Qué no os tire para atrás!). Una vez en las eras de Caballera, se puede ir hacia el pueblo o continuar el camino para ir hacia San Martín. Tomando como ejemplo la segunda opción, hay que seguir unos doscientos metros por el camino de la izquierda y luego girar a la derecha por la antigua cabañera. El camino hasta el monasterio no tiene pérdida, tan sólo decir que es costoso, no por el desnivel ya que casi es plano, sino por la cantidad de baches y charcos que presenta. Poco antes de llegar a San Martín ya se puede divisar éste en medio del bosque. Ya en el monasterio se puede visitar junto con su preciosa cripta, y comer dependiendo de la hora. Si se realiza a finales de invierno, es aconsejable bajar al pequeño barranco que hay debajo por la belleza y pureza de sus aguas.
Ya comidos, podemos emprender los tres kilómetros de regreso a Caballera, y esta vez verlo de cerca. Si se quiere entrar, al menos a la iglesia, hay que hacerlo por la parte trasera ya que por delante está en muy mal estado. El interior de la iglesia es bastante escalofriante con su nuevo confesionario, pequeño retablo de madera y altar y suelo levantado.
Visto Caballera, nos vamos al cruce por donde entramos al pueblo y continuamos por el camino que seguimos para ir a San Martín pero sin girar a la derecha para tomar la cabañera, sino continuando recto. A escasos tres kilómetros, nos volveremos a encontrar con otra valla igual que la del barranco de Caballera, y poco después nos incorporaremos a una pista más ancha y en mejor estado que viene por arriba; desde este punto, las vistas del Pirineo son espectaculares. Giraremos a la izquierda en descenso hacia Troncedo, el cual se encuentra a unos siete kilómetros, y no abandonaremos la pista en ningún momento hasta no haber llegado a la carretera, a escaso un kilómetro antes del pueblo. Aquí en Troncedo, podemos visitar las ruinas del castillo, la iglesia y las calles medievales del pueblo. También se puede visitar el recién restaurado molino.
Mapa del recorrido:
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1 comentario:
Excelente entrada Jorge, muy buena descripción y fotos. Da muchas ganas de hacerla, tenemos que quedar algún domingo para repetirla junto a algunos valientes, ¿que te parece?. Enhorabuena y gracias.
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